Bruno Díaz, que lleva el nombre latino de Bruce Wayne es Batman, la justicia, la amistad, la venganza llevada al limite, la muerte le desencadena, hace que sus habilidades adquiridas durante toda su vida se despierten, es el detective, el luchador. El símbolo del murciélago es sustituido por una cazadora y un paquete de Camel.
Y Colomer es Bruce Wayne, la fachada, el hombre vacio que no tiene nada, porque solo es una cascara vacía que llenar con Chivas, con mujeres, con dinero. Que no tiene nada autentico porque solo existe frente a la gente.Por eso creo que persigue la figura de Manolete, porque Manolete es autentico, no es un mito, no es una leyenda, es un hombre que era admirado por lo que era, valiente, luchador. Un hombre que justo lo que más ansiaba era todo lo que no tiene Colomer, una vida, un amor, un sueño de paz.
Por cierto que la biografía de Manolete, parte indispensable de la novela y eje central sobre el que gira toda la trama, es una de las partes más intensas de la novela. Alguien tan antitaurino como yo, llega a sentir hasta cierta admiración por la figura de un hombre que se juega la vida por lo que el siente como un arte.
La Suite de Manolete (Premio Unicaja de Novela Fernando Quiñones) de Joaquín Pérez Azaústre. Alianza Editorial, S.A.
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