Vispera de la final

La final se juega mañana, pero a ganarla hay que empezar esta noche. La noche antes de un partido histórico, un partido único, la batalla es dormir, espantar a los fantasmas que te acosan, el fantasma de las finales pasadas, el de las finales perdidas, el de las virtudes del rival.

Muy pocos elegidos podrán dormir una noche como esta, tal vez Miguel Indurain antes de las contrarelojs podía decirle a su enorme corazón que frenara y reservara fuerzas para el día siguiente. Seguro que Magic Jonshon dormía abrazado a su almohada soñando con pases imposibles y canastas sobre la bocina. O Romario, que no dormía porque el necesitaba otro tipo de descanso mental, más mundano y nocturno.

Esta noche se verán a si mismos ganando, perdiendo, victoriosos o humillados pero al alba tendrán que haber despejado todas las dudas, todas las incógnitas, mañana por la mañana no tienen que quedar dudas, porque esas dudas, en el partido, son bombas de relojería listas para explotar ante un rival.

¡¡Suerte!!