No estamos solos, no estamos perdidos, al menos no tanto como creíamos. Las quinta temporada de Perdidos nos ha devuelto el poder a los espectadores. El poder de imaginar.
Hemos estado tres temporadas esperando, esperando que nos explicaran, que nos enseñaran su solución al misterio. Y una vez más me sorprenden y me dan el control, la posibilidad de que yo mismo me cree una explicación, de cuadrar el circulo con mis propias manos.
No se si es antes o después, hoy o ayer, futuro o presente. No se cuando, no se donde, no se quien, pero puedo crearlo, puedo resolver el misterio y quedar saciado de razón. Y puedo seguir durante años, siglos incluso, debatiendo con cualquiera mi solución. Mi solución contra la suya, mis comos contra sus cuandos, mi futuro contra su pasado. Todo perfecto en mi mente, todo cerrado, completo y perfecto. No importan los osos blanco, ni las nubes negras. Ni los niños con poderes, o las visiones de muerte.
Puede que todo esto sea una ilusión, un nuevo fuego de artificio para cegarme, para centrar mi atención en algo mientras lo importante ocurre ante mis ojos, sin verlo, escondido a plena vista.
Ahora creo saber muchas cosas, porque yo mismo he creado mis creencias y saberes. Puede que una vez más lo halla imaginado todo... y que la isla simplemente sea un sueño del pasado.
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