Es por todos conocida la pasión del director de cine Kevin Smith por los cómics, hasta el punto de llegar a escribir un guión para recuperar a Superman, antes de la ultima y decepcionante Superman Returns.
Así que cuando Joe Quesada le llamo para pedirle colaborar en el relanzamiento de Daredevil, Kevin Smith dijo "si". Y nos trajo su visión de Matt Murdock, una visión que respeta el más clásico de los espíritus del personaje, Daredevil es un hombre piadoso, que se disfraza de demonio para atemorizar a los pecadores.
Smith le embarca en un viaje de fe, cuando cae en sus manos un bebe, un bebe que puede ser el salvador o el destructor del mundo, un niño inocente que puede convertirse en el anticristo. Matt Murdock cuestionara sus fuertes creencias religiosas, se enfrentara al imposible dilema moral de asesinar a un inocente por un bien mayor o arriesgar el mundo por su convicción moral.
Mientras es perseguido y acosado por algunos de sus más terribles enemigos, mientras pierde todo lo que alguna vez amó, mientras sus amigos le creen loco, mientras todo a su alrededor se convierte en una desquiciada y delirante irrealidad que a cada paso que da, se vuelve un tanto más surrealista.
El final de la participación de Kevin Smith, sus seis meses, seis meses durante los cuales Daredevil fue suyo, es uno de los momentos más emocionantes de la historia del cómic, no de los más relevantes, no de los más espectaculares.
Es un pequeño spoiler, pero allá va:
Al final todo se convierte en algo cercano, algo cotidiano, la mayor de las locuras, resulta ser el canto a la vida y la muerte de un hombre enfermo, que solo busca sentirse importante y triunfador, aunque sea una vez, aunque sea antes de morir.
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