viernes, 17 de octubre de 2008

Daredevil: Born Again.



Frank Miller nos cuenta como corromper a un héroe, destruirlo hasta el punto de convertirlo en un paria, robándole todo lo que fue y todo lo que es. La identidad robada, la traición de su primer y verdadero amor. La venganza del poderoso que se creía por encima del bien y del mal, hasta que un hombre le planto cara.

Kingpin desmenuza el alma de Matt Murdock, arrebatandole la ley, alejando a sus amistades. Kingpin consigue separar a Murdock de Daredevil, convirtiéndolos dos entidades distintas, en dos seres opuestos.

David Mazzucchelli se apoya en imágenes bíblicas, iconicas, haciendo pasar al personaje por todos los estadios de la pasión y anunciando su renacimiento, colocandole en sucesivas y premonitorias posiciones fetales.

Miller fuerza la psique de Murdock hasta volverlo loco, hasta despojarle de su humanidad, dejando solo al demonio, demonio que se enfrenta a otro demonio, real y malvado, encarnado por Wilson Fisk, Kingpin, el rey del crimen, que ante todos es respetado y querido.

La obsesión de Kingpin y la destrucción de Murdock llegaran a su clímax con la muerte de Murdock, una muerte no consumada que invierte los papeles.

Murdock resucitado se libera de su vida pasada y esa libertad, esa nueva vida le permiten aceptar su pasado y perdonarse a si mismo y a los que le traicionaron. Un hombre que ya no tiene nada que perder es un hombre sin miedo.

Una obra maestra del cómic de todos los tiempos.

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