Joe The Barbarian

Es difícil reseñar un cómic como este, en el que apenas pasa nada, en el que Grant Morrison se toma la historia con calma y tranquilidad, sin impresionantes presentaciones, ni espectaculares imágenes, muy lejos por ejemplo de We3 donde te enganchaba desde la primera pagina al espectáculo que vendría a continuación.

Pero con Joe the Barbarian todo va más despacio, todo es diferente a lo anterior. Joe se nos presenta como un joven inadaptado, agarrado a su cuaderno de dibujo, donde diseña personajes que surgen de su imaginación, plasmándolos en el blanco papel. Se nos presenta como un joven diabético, con una madre obsesionada con que regule su nivel de azúcar.

Situaciones cotidianas, nada extraordinario, hasta que Joe empieza a sufrir los efectos de la hipoglucemia y acaba en un mundo distinto, imaginario, donde las figuras de acción que llenan su habitación se enfrentan en lo que se antoja una guerra. Joe regresa y el cómic acaba.

Toca esperar otro mes, porque Grant Morrison lo merece y Sean Murphy ambienta perfectamente el mundo en el que vive Joe, punto a parte para la habitación, la perfecta habitación de un joven aspirante a friki.