Grandes dibujantes, Ben Templesmith.

Hay pocos datos datos biográficos de Ben Templesmith en la red, cosa extraña para un dibujante con tanta implicación en la red, Ben tiene blog, pagina web, Flickr, Twitter, en los que es bastante prolífico y expresivo. De su obra podrías caer en el error de pensar que el australiano, nacido en Perth en 1978, es un tío raro, oscuro y aterrador, pero nada más lejos. Solo tienes que leer como habla de gorronear champan gratis en los vuelos o ver las fotos con sus amigos de bares tras un salón del cómic.

Pero volvamos a su dibujo. Como muchos otros yo conocí a Ben Templesmith por 30 días de noche, un cómic imprescindible para todo amante de los cómics en general y de los vampíricos en particular, en la que crea vampiros aterradores, crueles y con enormes bocas llenas de dientes afilados y mortales.



30 días de noche le llevo a una fructífera colaboración con Steve Niles en Dark Nights y Criminal Macabre, por no hablar de las posteriores continuaciones y spin-offs de la ya franquicia de 30 días. Sin embargo Ben no se ha limitado a ser dibujante, guionizando muchos proyectos propios, sobretodo para IDW publishing, centrándose sobre todo en temas sobrenaturales, fantásticos y de ciencia ficción. Singularity 7, la adaptación del videojuego de terror Silent Hill o Hatter M una reinvención de la historia de Alicia en el país de las maravillas son tres de los ejemplos más conocidos. Por no hablar de su faceta como portadista.

Tras 30 días de noche, el gran éxito de Templesmith fue Fell, ciudad salvaje, junto a Warren Ellis, cuya reseña tenéis aquí una serie inexplicablemente abandonada por el guionista ingles y añorada por el dibujante. O Welcome to Hoxford, una historia sobre licantropos completamente alejada de los tópicos habituales. Y no olvidemos Wormwood: Gentleman Corpse, un proyecto personal que lleva publicando esporadicamente desde 2004 y que tendrá una nueva entrega en próximas fechas. Siempre que su nuevo proyecto Choker, su nueva colección policíaca que publicara Image, lo permita.

En definitiva Ben Templesmith destaca por la originalidad de su dibujo, totalmente independiente de modas o estilos habituales. Un trazo sucio en ocasiones, aunque realista y tremendamente expresivo e impactante.