La entrada contiene algunos spoilers sobre Amazing Spiderman #600 (Spiderman nº43 en Panini)
El gato sujeta el cartucho de dinamita y al explotar su cara se pone negra, el cazador burlado por el conejo recibe el disparo de su escopeta en plena cara. No hay consecuencias, no hay dolor, así son los dibujos. Los villanos rebotan contra los puños de los héroes y son derrotados, pero vuelven para la revancha, una y otra vez, con un nuevo plan malvado.
Pero a veces, guionistas como Dan Slott nos regalan un pedazo de realidad, un cómic adulto y realista en el que los golpes en el cráneo de un científico producen daños irreversibles. Donde los hombres normales no pueden enfrentarse con los poderosos, donde los brazos metálicos no proporcionan invulnerabilidad. Otto Octavius se torna consciente de su propia mortalidad, inminente e inevitable, y se convierte en alguien mucho más peligroso de lo que nunca fue.
Y para enfrentarlo Slott nos devuelve al Spiderman que nos robaron, al Spiderman divertido y jovial que creíamos olvidado, al científico, al empollón con poderes que conocimos años antes, el héroe que no solo utiliza sus puños para luchar, el que creo su fluido arácnido en el segundo piso de la casa de la Tía May. Al Peter Parker que llega siempre tarde a todas partes con un carrete lleno de fotos (bueno, ahora es una tarjeta de memoria), el que siempre tiene una excusa para sus seres queridos, aunque ahora le acepten tal cual es, en lugar de culparle de irresponsable.
El numero 600 de Spiderman es un punto de inflexión o un oasis en el desierto de esta nueva etapa de un Nuevo Día. Esperemos que sea lo primero.
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